lunes, 10 de marzo de 2014

COMO ACTUARÍA SI…

Esta historia es ficticia y lo que hemos querido hacer desde la inclusión, es ponernos en el lugar de un chico de 24 años con TEA de Asperger, al que le gusta una chica y como fue todo el proceso. Esta reflexión sobre el Asperger la hemos realizado como grupo. Es una reflexión de los Travellers.

Hola, soy Alfredo y soy un chico que tiene el síndrome de Asperger. El otro día tuve una cita y os voy a contar como me fue.
Desde el inicio del curso me fijé en una chica que me hizo sentir algo diferente al resto de las personas que había visto o conocido, no sabía lo que era pero estaba seguro que era una sensación especial.
Si para otras personas estas situaciones son complicadas para mí era un poco más debido a mis dificultades para establecer relaciones sociales y para captar señales no verbales, a mi timidez o a mis problemas para entender chistes o ironía. Para ello, en primer lugar le pedí a un amigo en común que hablara con ella para conseguir saber sus gustos, aficiones y hobbies que ella tenía para poder establecer un pequeño guión para acercarme a ella y saber cómo actuar.
El día que por fin me decidí a presentarme a Nuria, fue un día muy especial a la vez que complicado para mí. Al preguntarle cómo se llamaba (mintiendo un poquito) lo hice con voz monótona, y aunque lo había ensayado en mi casa no me salió cómo esperaba. Nuria se acercó a darme dos besos y mi primera reacción fue de apartarme aunque sabía que era una descortesía.
Comenzamos a hablar del curso y de la universidad en general. Yo estaba un poco incómodo porque no sabía cuándo tenía que contestar y cómo hacerlo, pero de repente me preguntó que cómo venía a la universidad y que ella lo hacía en coche (Ford fiesta rojo del año 2000, tdi, 16 válvulas y llantas de aluminio). Pensé: “Bravo” puedo hablar de mi tema favorito ya que me encanta desde pequeño todo lo relacionado con el mundo del automóvil, y así lo hice. Nuria, por mi repentina interrupción se quedó callada y me escuchó mostrando una mirada que no pude descifrar.
Después de aguantar mi charla y apunto de marcharse, me rozó el brazo y salté asustado debido a mi hipersensibilidad al contacto físico y por suerte reaccioné, pero con torpeza, sin mirarla a la cara y muy nervioso, invitándola a merendar. Ella me contestó que no podía merendar porque tenía que estudiar, a lo que yo le respondí enfadado ¡no quieres quedar conmigo!, Nuria me dijo: ¡anda tonto como no voy a querer quedar contigo!, no digas eso. No entendía ni sus gestos ni la palabra tonto en ese contexto, sólo entendía que me insultaba. Luego pude comprobar que ella solo quería ser amable conmigo.
Yo me marché y a los pocos metros me llamó y me invitó a salir con ella y sus amigos por la noche de fiesta. Pensé: Odio salir de fiesta porque me molesta la gente, el ruido y el humo de las discotecas. Mi ausencia de expresión facial me delató, y ella supo en seguida que no me gustó la idea que me propuso. Al final, quedamos al día siguiente a merendar juntos.
Yo le pregunté muchas veces cual era el sitio y cómo llegar a él. Y también que es lo que haríamos durante toda la tarde pues necesito tener mis rutinas y organizarme.
Después de saberlo todo me preparé para la cita, con todas mis rutinas planificadas. Intenté corregir los fallos cometidos en la cafetería ese día para que en la merienda no los volviera a cometer, y esto es lo que pasó:
Llegué a la cita con un poco de tiempo, pero ella no se presentó hasta pasados diez minutos. Me puse nervioso y pensé en irme porque creía que me había dado plantón. Cuando por fin llegó, y empezamos a merendar conseguí mirarla a la cara, estuve pendiente de su comunicación no verbal y de los gestos que utilizaba (aunque la mayoría de ellos no me los había preparado en mi guión). Tras varios intentos de empatizar con ella, de intentar ser cortes no interrumpiéndola, hablando bajito, despacio y menos monótono que de costumbre me frustré por estar todo el rato actuando, pues no era yo mismo. Fue en ese momento cuando mirándola a la cara le expliqué cómo era realmente, con todas mis limitaciones y a qué se debían. Ella me comprendió y terminamos la cita hablando del asperger, de mis miedos y dificultades sociales y formas para solucionarlo. Ella tuvo mucha empatía conmigo, y ahora nos vamos conociendo cada día más y somos buenos amigos aunque espero que algún día lleguemos a ser algo más pero eso quedará entre mi diario y yo.

1 comentario:

  1. Hola, enhorabuena por el trabajo, me ha emocionado! Muchas veces en este tipo de sentimientos y emociones hay que dejar cosas a la improvisación, seas Asperger o no, y esa improvisación es lo que realmente puede llegar a enamorar a la otra persona. Un abrazo, Álvaro

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